Mandarinas

Ayer estábamos de sobremesa Alfo, Manu y yo, comiendo mandarinas. En un momento, dos segundos o menos, me vi y sentí comiendo mandarinas en la infancia. La textura, el olor y la sensación de las mandarinas de la infancia...
Y después, ya otra vez en la realidad, los recuerdos se extendieron a las cáscaras de mandarinas puestas en la salamandra para perfumar, o las cantidades industriales de mandarinas que comíamos con Lucas en lo de abuelita mientras mirábamos televisión y él se peleaba con el canario.